Una empresa invierte mucho
dinero, tiempo y dedicación en publicidad con la finalidad de dar a conocer los productos o
servicios que ofrece, para posicionar su marca y fidelizar así su clientela con
el objetivo de lograr que la gente asocie su marca con los mejores productos o
servicios al mejor precio y calidad y de esta manera los vuelva a adquirir.
Si bien al momento de comenzar el negocio no se
sabe con exactitud que dimensión alcanzara el mismo, un día nos encontramos con
que necesitamos actualizar y adquirir más maquinarias, si pueden ser de última
generación mejor, comprar o alquilar inmuebles para expandirnos. CRECIMOS!!!!!.
Es recién en este momento que nos damos cuenta que
nuestra marca, en la que invertimos tanto para darnos a conocer y
posicionarnos, no se encuentra registrada, o no la protegimos adecuadamente y ahora
quizás ya hay en el mercado marcas iguales o similares a la nuestra que sí
están registradas generando confusión en nuestro consumidor y que además, se
podrían estar aprovechando de nuestra inversión realizada.
Una marca que entra en el campo de preferencia del
consumidor es un capital, nos damos cuenta que el valor de nuestra marca puede
ser incluso, mayor que el de otros bienes de la empresa con gran potencial para
generar nuevos negocios.
El registro es la única manera de proteger la marca
creada frente al uso indebido por parte de terceros, quienes con buena o con
mala fe pueden utilizar marcas iguales o similares generando confusión en el
consumidor y grandes perjuicios a nuestra empresa.
La marca es un activo intangible que resulta cada
día más un factor clave de éxito sin el cual es imposible pensar una estrategia
empresaria en mercados de competencia.
Con el registro, el titular se convierte en el
dueño de la marca y goza del monopolio exclusivo de explotación.
marcas@safekeeper.com.ar
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